Cuando una persona decide abandonar la oficina para teletrabajar desde otro lugar, la primera opción suele ser su vivienda. Otros optan por convertirse en nómadas digitales, pudiendo vivir en diferentes partes del mundo. En cualquiera de los casos, los teletrabajadores pueden sufrir un asilamiento social por trabajar desde un espacio en el que están solos. Para evitar que esto suceda, existen diferentes opciones para teletrabajar en entornos compartidos.