El teletrabajo y su impacto en la huella de carbono

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Cuando se declaró a la COVID-19 como una pandemia mundial el teletrabajo se impuso a nivel global. Esto ha permitido evaluar el impacto que esta modalidad tiene en el medio ambiente. Ideas que recogemos en este artículo.

En primer lugar hay que señalar que existe un impacto real, pero aunque a priori podríamos pensar solo en beneficios para el medio ambiente, hay que tener en cuenta también otros aspectos negativos en el cálculo total.

Por ejemplo, cuando hablamos del consumo de energía la primera idea es el ahorro energético que se produce al cerrar grandes espacios de oficinas que consumen, tanto en electricidad como en climatización, agua, etcétera. Sin embargo, es necesario plantear también el consumo de energía en los hogares. En algunos casos y dependiendo de las circunstancias, el consumo de los empleados puede ser superior al de la oficina, por ejemplo si la vivienda donde se realiza el trabajo no es eficiente energéticamente, el propio hábito del trabajador, la ubicación geográfica del empleado, etcétera. A esto se suma la mayor dependencia tecnológica para la realización de videollamadas, el envío de correos o mensajería instantánea pues, donde antes se podía resolver un asunto en persona, ahora se necesita utilizar medios electrónicos con el consecuente gasto de energía.

Donde hay un mayor consenso es en la reducción de la huella de carbono por los desplazamientos. Evitar el uso del transporte público y, especialmente, el del transporte privado favorece la emisiones propias de estos medios.

Otras cuestiones a tener en cuenta son, por ejemplo, el reciclaje. Estudios en Reino Unido señalaron que durante los meses de pandemia, el reciclaje ha aumentado y que los empleados que teletrabajan adoptan este rutina en casa más que en la oficina. Aquí de nuevo se debe tener en cuenta el uso de la tecnología, que genera también más basura. Según Naciones Unidas, se producen 50 millones de toneladas al año en todo el mundo, de los cuales solo el 20% se recicla formalmente.

Los beneficios del teletrabajo para el medio ambiente son por tanto múltiples, pero es necesario concienciar a los empleados en un uso responsable de la energía y los equipos informáticos.