Ana (nombre ficticio) es española. Decidió marcharse a Alemania hace 10 años cuando se le presentó una oportunidad laboral. Le gustaría volver a España para estar cerca de su familia.
Ante la situación derivada por la pandemia, muchas personas que trabajan en su compañía, procedentes de otros Estados de la Unión Europea, decidieron marcharse a su país de origen y teletrabajar desde allí:
"Estuvimos haciendo lo que siempre quisimos, teniendo en cuenta que más de seis meses fuera del lugar de residencia no sería legalmente correcto".
Tras la caída de las medidas de confinamiento, la empresa volvió a la presencialidad, permitiendo el teletrabajo como una medida con carácter temporal:
"Podemos teletrabajar en un país europeo 20 días y otros 20 días en otro país europeo, es decir, podrían ser 40 días en dos países europeos. Eso sí, se necesita el permiso tanto de tu jefe como el de Recursos Humanos para hacerlo".
Esta no es la única empresa que ha adaptado este modelo en Alemania, y se convierte en una medida insuficiente si lo que se pretende es establecerse en otro país:
"Me gustaría trabajar en remoto porque me estoy planteándome volver a España y me gustan mucho las condiciones de mi empresa y mi trabajo actual, me resulta muy difícil prescindir de eso, de mi trabajo, de mis compañeros, en definitiva, de esa empresa. Pero por otro lado, quiero saber cómo es vivir en España porque tengo la sensación de que puedo estar más a gusto de cuando estoy en Alemania, puedo estar más en mi ámbito. Quiero saber si vivir en España es lo que realmente busco porque el miedo a la incertidumbre no te deja muchas veces caminar, pero sabiendo que no dejo mi empresa. Para mí es bueno intentar trabajar en España en el mismo trabajo, pero me gustaría mucho poder viajar una vez, por ejemplo, a ver a mis compañeros. Ver a la gente es importante y no quiero romper y no volver nunca más a Alemania".